Dice la mitología griega que Prometeo,
después de crear a los hombres contra la voluntad de su padre Zeus,
encerró en una caja todas las calamidades de la tierra para proteger
su creación. Zeus en venganza hizo que Vulcano creara con barro una
mujer. Pandora, la mujer hecha de barro, abrió la caja y dejo que
salieran todos los males que desde entonces afligen a los humanos.
Sin embargo dentro de la caja, Prometeo también había encerrado la
esperanza, de este modo los hombres podrían resistir todas las
calamidades dejadas libres por Pandora.
Sin embargo hay otra versión o
interpretación. Si el propósito de Prometeo era alejar de los
hombres todos los males, y dejar que los hombres vivieran en completa
armonía unos con otros, ¿porqué razón dejar la esperanza dentro
de la caja?.
Prometeo puso la esperanza dentro de la
caja porque la consideraba una calamidad, incluso quizás la peor de
todas. La mayoría de la gente asocia esta característica emocional
con una fortaleza, una virtud, sin embargo nada se consigue solo con
esperanza. La palabra esperanza viene del latín sperare, que
significa esperar, contrario a todo tipo de acción. Y eh aquí la
razón por la cual la esperanza puede ser considerada un vicio en vez
de una virtud. Salvo cuando se espera con un propósito especifico o
para dejar que se dé el momento adecuado para actuar, la esperanza
no sirve de nada.
Cuando se usa como consuelo ante las
demás calamidades solo consigue posponer lo inevitable. La esperanza
sin acción, es sinónimo de expectativa, de ilusión. Cuando alguien
dice: “Tengo esperanza en que las cosas mejoren” es casi seguro
que no hará nada para cambiarlas. Ésta debe tener una intensión y
una acción.
Por eso es una de las recomendaciones
preferidas de cualquier religión cerrada. “Ten fe y esperanza, no
hagas nada, no actúes, no te muevas, no investigues, no leas, todo
te será dado, Dios proveerá”. Tiene como objetivo preservar el
estatus quo.
Ni la tecnología ni los avances
científicos, ni la medicina, ni los conocimientos generales han
nacido solo por la espera. Tampoco las trampas y peligros creados por
nuestro permanente desarrollo (calentamiento global, contaminación,
sobrepoblación) se resolverán con esperanza, sino con acción.
Esperanza, intensión y acción van de
la mano.
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