Fue durante el imperio de la dinastía Zhou cuando Lao-Tsé desarrolló la corriente taoísta. Su meta fue mostrar al individuo las pautas que debía seguir para alcanzar una vida contemplativa, retirado del mundo, con el fin de conseguir aproximarse a la naturaleza.
El Tao es el principio absoluto del cosmos, el orden cósmico y la naturaleza. Este principio trasladado al ser humano, se interpreta como la necesidad de que éste abandone toda lucha y consiga liberarse del deseo, imponiéndose la quietud y el misticismo sobre las pasiones desbordadas. Sobre esta base se desarrolló en China el Feng Shui, que en castellano significa viento y agua. Los primeros textos conocidos que constatan la existencia de esta corriente en el imperio chino datan de los siglos III y IV a. de C. Pero tuvieron que transcurrir varios siglos y algunas dinastías para que el Feng Shui consiguiera enraizar plenamente en la cultura china.
Fue bajo el gobierno de los Tang, en el siglo VII, cuando se constató su influencia y vivió su etapa de máximo esplendor, comprendida entre los siglos VII y X. Algunos autores consideran que este desarrollo fue parejo al crecimiento urbanístico producido en las ciudades situadas a orillas del río Amarillo. Al igual que ocurrió con el Tigris, el Eúfrates, el Nilo y el Indo, esta cuenca permitió el desarrollo de una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo. El análisis y estudio de los cambios cíclicos de la naturaleza es el objeto de estudio del Pa Kua del cielo posterior en la filosofía Feng Shui.
El Mapa del río. Cuenta la leyenda que el jefe y chamán de una tribu, llamado Fu Xi, experto en interpretar los ciclos de la naturaleza, vio emerger de las aguas del río Amarillo un animal, mitad dragón mitad caballo, llamado Long Ma. Reprodujo lo que vio y bautizó su dibujo con el nombre de He Tu o Mapa del río. Fue así, a partir de esta figura, como se crearon los Pa Kua del cielo. La figura tiene en el costado unos puntos que se corresponden con una serie numérica que va del 1 al 9. Con la visualización de las ocho figuras de Kua se dio el primer paso hacia el descubrimiento de la herramienta que se utiliza en Feng Shui para estudiar el espacio en tres dimensiones.
Zhou Wen Wang es otro nombre clave para explicar las raíces del Feng Shui, la historia atribuye a este rey la autoría del I Ching, libro con el que consiguió dar sentido a las figuras, hacia el 800 a. de C. Para lograrlo, dice otra leyenda que se sirvió de un libro titulado Luo Shu. Cuentan los textos antiguos que éste fue descubierto por un monarca de la dinastía Xia que, inmerso en los trabajos de encauzamiento del río que da nombre a esta obra, vio emerger de esas mismas aguas una tortuga blanca que portaba sobre el caparazón de dicho libro.
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