domingo, 6 de mayo de 2012

MEDITACIONES CREATIVAS

Practicar una meditación doble te permite aprovecharla al máximo y fluir con tu energía creativa. La aprovechas y expresas gratitud, creando en la mañana y sintiendo agradecimiento al final del día. Honras el alfa y el omega, el principio y el final de un ciclo de creación. Nombrando el alfa y el omega, el «aah» y el «om», tienes el sonido de la meditación. Esta meditación es muy antigua y ha fluido a través de muchas tradiciones.

MEDITACIÓN CREATIVA «Aah»

Por la mañana, antes de comenzar tu día, siéntate con serenidad y con los pies apoyados sobre el suelo, porque te concentras en asuntos que se manifiestan en el mundo material. Respira hondo y en abundancia entre tres y cinco minutos, hasta que sientas que tu cuerpo se relaja. Entonces comienza a imaginar que la planta de tus pies se abre y la energía de la Tierra entra y asciende por tus piernas y por el torso. Imagina una cuerda verde que sale del corazón y pasa por tu cuerpo hasta la planta de los pies y sigue hasta el centro de la Tierra. Imagina y siente la energía verde es­meralda de la Tierra que sube por tus pies y piernas a medida que inspiras el aire.

Con serenidad, di «Aah» cuando te relajas y espiras. Inspira de nue­vo, sigue visualizando la energía de la esmeralda verde de la Tierra que entra y llena tu cuerpo. Di «Aah» con serenidad mientras te relajas y es­piras. Inspira y visualiza tu coronilla abierta. Visualiza un tubo o chimenea que sale de la coronilla y sube hasta el cielo. Di «Aah» mientras te relajas y espiras. Inspira y observa la energía dorada de los cielos que en­tra y baja por esta chimenea, pasa por el centro de tu cabeza, baja por tu cuello y tu columna y llega hasta tus pies. Continúa diciendo «Aah»
Mientras te relajas y espiras. Inspira y observa cómo la energía dorada lle­na tu pecho y todo tu cuerpo mientras dices «Aah». Inspira y observa es­tas dos energías, la verde esmeralda y la de oro, que van al encuentro y se reúnen en tu corazón llenándolo mientras respiras.

Espira diciendo «Aah». Inspira y siente cómo se ensancha tu corazón, y ábrelo visual­mente para que estas dos energías fluyan con amor y gratitud a medida que espiras diciendo «Aah».
Ahora deja de lado las imágenes y continúa inspirando y diciendo «Aah» a medida que espiras. Puedes decirlo susurrando o no. Permite que te guíe tu sensibilidad hacia tu cuerpo y tu sensibilidad. Repite esta pauta entre tres y cinco minutos. Ahora visualiza las energías dorada y verde esmeralda que vienen desde el cielo y de la Tierra y atraviesan tu cuerpo para encontrarse en tu corazón y salir con el sonido «Aah» cuando espi­ras.

Haz que en estos colores flote una idea, o una imagen de lo que de­seas, y resuena con ella, sintiendo su esencia. Envíala a tu corazón con el sonido «Aah» cuando exhalas. Haz esto durante cinco a siete minutos mientras sigues respirando hondo y diciendo «Aah» cuando espiras y en­vías la energía fuera de tu corazón. Vuelve a dejar de lado las imágenes y concéntrate sólo en decir «Aah» a medida que espiras. Haz esto durante tres a cinco minutos.

Sien­te gratitud y resuena con la gratitud mientras espiras con el sonido «aah». Entonces, imagina que tu coronilla se cierra y que por tus pies se elimina todo exceso de energía que haya en tu cuerpo. Mira las plantas de los pies que se cierran y siente gratitud. Espira con el sonido «aah», de modo que cada vez sea más suave. En silencio, durante tres a cinco minutos di «Aah», como si fuese un zumbido, mientras espiras. Relájate, y si fluctúa algún pensamiento o idea aléjalos. Termina haciendo el zumbido silen­cioso del sonido «aah» mientras sientes gratitud.

Cuando estés a punto para volver y reintegrarte a la vida cotidiana, estira tu cuerpo y abre los ojos, toma tu mano izquierda y toca tu antebrazo o tu rodilla derecha, lue­go el codo. Toma tu mano derecha y toca con ella tu codo izquierdo, des­pués el antebrazo, cruzando los brazos a la altura de la cintura. Toca la punta de los pies y el suelo con ambas manos. Respira hondo varias veces y levántate.

Lo ideal es hacer este ejercicio durante veinte minutos. Graba el texto en una casete, con pausas frecuentes. Sigue el ritmo de tu flujo. Si sólo tienes diez minutos, disfruta de la energía y del desarrollo del proceso.

¿Por qué te concentras en apoyar los pies en el suelo y conectarte con las energías de la Tierra para enviarlas al corazón? Bueno, se trata de atraer lo que tu corazón desea al espacio físico aquí en la Tierra. Aquellas personas, cosas y experiencias ya existen en algún lugar. Quizá están ahí, detrás del arco iris. Con tu corazón y el sonido «aah» te conectas con ellas, y las atraes hacia el espacio de tu corazón. Ahora disfruta de tu día, sabiendo que has llamado al universo y has resonado con la energía de la creación y con lo que deseas. ¡La energía se mueve! Relájate y permite que esta energía mueva las cosas de modo que se manifiesten en tu vida. Sigue adelante y concéntrate en tus actividades cotidianas sintiendo paz interior.

MEDITACIÓN CREATIVA «OM»
El omega, el sonido «om». De modo que al final de tu día, siéntate otra vez en calma apoyan­do tus pies en el suelo. Respira abundantemente durante tres minutos. Imagina que tus pies se abren y que de tu corazón sale una cuerda verde que atraviesa tu cuerpo y llega al centro de la Tierra. Mira la energía ver­de esmeralda de la Tierra que sube por esta cuerda, pasa por tus pies y si­gue por tus piernas y tu torso hasta alcanzar el corazón. Mírala y siente cómo llena tu cuerpo con toda esa energía.

Ahora, abre la coronilla a las energías doradas de los cielos y déjalas que fluyan bajando hasta tu cora­zón. Mira cómo esta energía dorada llena todo tu cuerpo. Imagina que las dos energías combinadas llenan tu cuerpo y salen a través de tu corazón en oleadas de gratitud mientras espiras con el sonido «om». Ahora, aleja las imágenes.

Tan sólo respira hondo y emite el sonido «om» mientras es­piras. Con este sonido, simplemente relájate sintiendo amor y gratitud. Deja que tu mente se relaje cuando dices el «om» mientras espiras. Sien­te gratitud y practica esto entre cinco y siete minutos.

Después de unos pocos minutos observa las energías tanto de la Tierra como de los cielos que fluyen a través de tu cuerpo y tu corazón y van hacia la Tierra mientras espiras. Di «om» y siente agradecimiento. Entonces, imagina que tu coronilla se cierra y que todo exceso de energía abandona tu cuerpo por los pies. Imagina las plantas de los pies que se cierran y experimentan gratitud. Relájate, y si algún pensamiento o ima­gen fluctúa, deja que se alejen. Sólo siente gratitud por tu día y por tu vida. Di «om» mientras espiras, cada vez en voz más baja a medida que pasa el tiempo. Por fin, di «om» en silencio durante unos cinco minutos. Termina experimentando el zumbido silencioso del sonido «om» mien­tras sientes la gratitud. «Ommmm».
Cuando estés a punto para volver a la realidad y reintegrarte a ella, estira tu cuerpo con suavidad y abre los ojos. Toma tu mano izquierda y toca tu antebrazo derecho, luego el codo. Toma tu mano derecha y toca tu codo izquierdo, luego el antebrazo. Toca la punta de los pies y el suelo con ambas manos. Respira hondo varias veces, relájate y vete a dormir.

Respira y emite el sonido «om» durante veinte minutos en total. Tus deseos de corazón se han dirigido al universo en la vibración de la crea­ción por la mañana y en la de la consecución al final del día. Es el princi­pio y el final de una meditación creativa con sonido. La paz sea contigo. El Espíritu de la Divinidad escucha tu corazón y tu deseo de abundancia.

Ésta es la esencia de la Corriente Creati­va: abrir tu imaginación con libertad hacia tus anhelos fundamentales y hacia los deseos de tu corazón.

Pacientemente, tu Corriente Racional ha tomado nota de toda esta in­formación. Ahora vamos a dejarla que salga a la superficie, brille y es­tructure tus finanzas correctamente.
"Por una Próspera Vida, que la energía universal te colme de Abundante Felicidad"

Fuente: mailxmail.com
Autor: JOANA LLAVATA PONS

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