La abundancia es universal, a mano para todos. Disponer de ella puede
ser tan fácil como se desee. Todo depende de cómo ha sido nuestra
llegada al mundo, como ha transcurrido nuestra infancia, y que mensajes
se nos transmitieron en nuestros primeros años.
MULADHARA
El primer chakra es Muladhara que significa raíz.
Igual que las raíces crecen hacia arriba, así nuestra primera
experiencia con los chakras comienza desde abajo en sentido corporal.
Localizado
en la base de la columna vertebral. Este primer nivel representa
nuestras raíces, nuestro fundamento, nuestro cuerpo y nuestra
supervivencia.
El desarrollo inicial del primer chakra es un
proceso continuo, a lo largo de toda la vida, pero más intenso en el
transcurso de los 7 primeros años, y dentro de éstos, cobra una especial
importancia en el primer año de vida.
La sensación de confianza
en el mundo, dependerá de que uno haya visto bien atendidas sus
necesidades de supervivencia en el primer período de vida infantil. Este primer chakra
se siente perjudicado ante situaciones de abandono, traumas,
privaciones, malos tratos. Estas situaciones llevan a la desconfianza, a
vivir la vida como una pesada carga, invadido por preocupaciones e
inseguridades.
Se tiende energéticamente a impulsar las energías
de forma ascendente, lejos de las raíces y desvinculándose de su
fundamento. Esto hace que no se capte la energía vital de la tierra, lo
que acarreará una reacción de huida ante los problemas, los cuales
volverán una y otra vez hasta aprender a aceptarlos como parte de una
evolución integral. Ante esto, la solución no es otra que
reconstruir la infancia, de modo que todo quede grabado en el
inconsciente, esta vez, de forma adecuada y eficaz.
El primer
chakra está ligado a nuestro cuerpo y a nuestro hogar. Tomar conciencia
de nuestro propio cuerpo, hacer un alto en el camino, escuchar ese dolor de espalda y ver si es que
tal vez, llevamos sobre ella un enorme saco de experiencias dañinas o de
confusión sin liberar.
Darnos un merecido descanso, masajes,
paseos, realizar esas actividades que hemos postergado tantas veces, y
que tanto bien nos hacen.
Nuestro hogar, el espacio físico donde vivimos, es nuestro centro de contenidos emocionales. Crear un hogar acogedor y estable es vital en nuestro objetivo, mejorar el espacio físico donde vivimos, redecorando, pintando, despejando, fortalecerá nuestro primer chakra.
La Tierra, elemento de la naturaleza ligado
a Muladhara, por medio de este chakra tomamos contacto con la tierra,
con su espíritu, su amor y su paciencia. Ella, en un sentido más amplio,
constituye nuestro hogar, aquel que nos proporciona el sustento y la
seguridad de pisar suelo firme y seguro. El dinero, el alimento,
la instalación doméstica, el sueño, la higiene, y aquellos aspectos de
nuestra vida cotidiana que tengan que ver con nuestro programa de
supervivencia, son los elementos que tienen relación con nuestra
realidad mundana y el primer chakra.
Este chakra se identifica con
el color rojo, cálido y vital, dinámico, afrodisíaco, contrarresta la
apatía física. Estimula el sistema nervioso y circulatorio y combate el
frío. Cuando se bloquea esta zona, surgen el temor, la falta de
definición, dificultades en disfrutar de las satisfacciones, en ahorrar
dinero, para concentrarse, asumir el propio cuerpo, apego a la
seguridad, acaparar posesiones, miedo al cambio, retener. El sobrepeso o
el estreñimiento serán sus manifestaciones físicas.
Fuente: mailxmail.com
Autor:
JOANA LLAVATA PONS
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