martes, 24 de abril de 2012

La sabiduría sutil. Ley de los opuestos

Nada puede contraerse que no estuviera antes dilatado.
Nada puede debilitarse que no estuviera antes fortalecido.
No puede rechazarse nada que no haya sido antes aceptado.
No se puede quitar nada que no se haya antes dado.
Así es la sutil sabiduría de la vida.
Lo flexible y lo tierno vencen a lo rígido y lo duro,
lo que se prepara debe permanecer en aguas profundas,
lo que tiene forma no ha de olvidar la esencia sin forma.
 
Solemos ver las consecuencia pero rara vez reflexionamos sobre las causas. 
Pocas personas ponen atención en cómo empieza una discusión, un desacuerdo, un abandono. 
Muchas personas lamentan sus perdidas, sin pararse a pensar que nada es eterno, 
en que antes de tener no tuvieron, en que muchas perdidas no son inevitables, 
sino frutos de falta de atención o actos no impecables.


La ley de los opuestos, las polaridades, la causa y el efecto. No es necesario ser físico, psicólogo ni filósofo para tenerlas siempre en cuenta, aceptarlas, integrarlas, vivir en armonía con todo ello. El bebé nace de la oscuridad del útero; el manantial, de las entrañas de la tierra; el árbol crece a partir de las raíces; los grandes proyectos maduran en las profundas del alma. Toda semilla necesita oscuridad antes de germinar y mucha paciencia, o ninguna. Según se mire: solo esperar a que llegue su tiempo para cumplir con exactitud su destino.

El cuerpo es una forma. El carácter, la personalidad, la biografía son simples formas. ¿Quién se acuerda de la esencia apegados como vivimos a las formas? El cristal es una forma, como la madera o el metal. Un vaso, una mesa, un cuchillo, no son sino átomos dispuestos en formas diferentes y cuyos espacios vacíos entre el núcleo y protones y neutrones difieren entre sí, así como la velocidad de giro. Nuestros ojos siguen viendo cristal, madera y metal. Vaso, mesa y cuchillo. Pero si contemplamos estas mismas realidades con la visión del físico cuántico, veremos un universo maravilloso, idéntico en la esencia y hermosamente diferente en su forma.

Tao Te Ching al alcance de todos. Alfonso Colodrón

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