viernes, 25 de mayo de 2012

La sabiduría cotidiana



Lo más suave domina lo más rígido.
Lo que carece de forma penetra lo impecable.
Por esto se conoce la ventaja de actuar sin oposición.
Pocos reconocen las ventajas de no hacer juicios,
el supremo valor de enseñar sin palabras,
de actuar sin apego al resultado.
Pocas cosas en el mundo se les pueden comparar.
Tao Te Ching al alcance de todos. Alfonso Colodrón

Suave es el agua, pero persistente. Convierte los acantilados de dura roca en arena fina que forma blandas playas. Los penetra abriendo grietas. Lo mismo que las raíces del pino solitario que cabalga sobre una roca. Flexibles, sin forma, llegan al corazón de la piedra y de él extraen su savia.
Fuerza no es dureza. Firmeza no es rigidez. Flexibilidad no es confluencia e indiferenciación. Cuando alguien grita, ya sabemos que no está seguro de sus palabras. Si alguien no cede nunca, es que tiene miedo de no tener razón, de ser invadido, de ser invalidado. Generosidad es la virtud de los fuertes.

Los juicios se basan casi siempre en suposiciones. En realidad, no estamos metidos en la piel de nadie para juzgar sus intenciones, sus acciones, sus resultados. Entre uno de los acuerdos que hacían consigo mismos los toltecas, uno de los principales era no hacer suposiciones. Antes de suponer, preguntar. Antes de juzgar, escuchar. Los juicios crean realidades paralelas.
Los sermones sirven para poco. Por eso tienen que ser sermoneados una y otra vez. La mejor educación para los hijos es el ejemplo. Ellos harán lo que nos vean hacer, no lo que les digamos que hagan.
Quien hace todo lo que pueda para lograr un objetivo, no s culpa por no lograrlo. Si pierde tiempo en lamentos, no tendrá energía para intentarlo de nuevo. La impecabilidad del guerrero es hacer lo justo en cada momento y pasar a la acción siguiente sin aferrarse al resultado. Eso es el hacer sin hacer, el Wu Wei o filosofía del no hacer.
Pocos son los que siguen estas tres reglas de vida: 1) No enjuiciar ni suponer; 2) Enseñar con el ejemplo y sin predicar, y 3) Actuar con impecabilidad sin obsesionarse por el resultado.
El verdadero amor es dar porque rebosamos, no esperando nada a cambio. ¿Por qué se llama amor al intercambio de necesidades, compañía o sexo?

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